miércoles, 31 de agosto de 2011

Capitulo Uno.

Cuatro personas, cuatro corazones.
Siete meses más tarde. Tres personas, un sólo corazón. Dos de ellos habían sido robados despiadamente por la única dama.

Cuatro de la mañana. El teléfono no suena, ella se pregunta que habrá hecho esta vez. No entiende nada. Mañana tiene que madrugar. Sus motivos tendrá. Cierra los ojos y se duerme al instante.

La misma hora, a 10 kilómetros, sus ojos siguen clavados en el techo, coge el móvil por vigésima tercera vez aquella noche. Marca los nueve números. Vuelve a presionar la tecla roja.

Ya por la mañana las 10, otra casa en otro lugar de la misma ciudad que ella. Hola a un nuevo día .Coge el móvil, nada. No pierde las esperanza, se levanta con ganas, tiene un presentimiento de que hoy va a ser el día en que obtenga la respuesta. Enciende el ordenador mientras se calienta el café. Dos correos, ninguno lleva su nombre. Las ganas de vivir se le han caido hasta los pies.

Revuelve sus dudas en el café, pero no tiene ni un solo remordimiento. Los quiere, pero no sabe hasta que punto a cada uno. Necesita el amor de ambos, y decidirse por uno, seria odiar al otro por verse obligada a rechazarlo. Se hace tarde, no puede seguir pensado en ello, ninguno de los dos va a aprobar por ella.

Cuarta noche sin dormir, su madre no está en casa, aparta la cortina y parece que hoy Lorenzo a decidido aparecer intentando alegrar los corazones, pero el suyo sigue igual de apagado que hace dos meses. Su madre va a tardar, se viste de corto y no olvida el preciado tesoro que le ha hecho perderla. Mismo banco donde la ha acariciado tantos millones de veces. A traición le resbala el mechero, se agacha y puede ver perfectamente aquel dibujo que ella tardo 4 días en hacer "I+G" lo iba a seguir un "=Siempre" pero al perecer ella no ya no tenía tanta fe en aquello. Se sienta. Las vistas ayudan demasiado a que los pensamientos crueles se adueñen de su cabeza. Agita la cabeza y se lo enciende.